Viajar con niños
Es uno de los destinos para viajes familiares más deseados y nunca, nunca, decepciona. Viajar con niños a Londres cuesta menos de lo que se cree: los museos y transportes son gratis, y hay menús infantiles para todos los gustos. [Publicado en ZoomNews.es en junio de 2013]
Londres ofrece a cualquier familia viajera el fin de semana largo más apetitoso de Europa, pero requiere preparación y reservar con tiempo, ya que los hoteles se llenan pronto y hay que gestionar las tarjetas de transporte. Con fama de ciudad cara, tiene muchas sorpresas gratis. La escapada que entusiasma a viajeros de todas las edades y que nunca decepciona.
No hay edad para enamorarse de Londres, porque atrae con la misma fuerza a jóvenes y adultos. Abierta, animada y concurrida como pocas ciudades europeas, visitar la capital británica con niños añade una faceta más a sus mil caras. Verla a través de los ojos de un joven lector de Harry Potter, participar en las mil actividades para niños en los museos o hacer picnic en los parques añade un encanto especial a quienes la conocían antes de ser padres.
Quizás en un viaje con niños a Londres sí habría que renunciar a pasar demasiado tiempo de tiendas (a no ser que se viaje con chicas adolescentes, que estarán encantadas), a los mercadillos demasiado populosos con niños muy pequeñitos y a las copas nocturnas en general.
Hay que contar con más tiempo en los museos –y las tiendas de los museos, absolutamente extraordinarias-, y algunas visitas caras pero imprescindibles –como la famosa noria London Eye-, y muchos, muchísimos paseos a pie o en autobús de dos pisos, ya que muchas de las postales emblemáticas de Londres están en plena calle. ¿Tenéis pensado viajar a Londres en los próximos meses? Ahora es el momento de preparar el viaje.
Los museos más acogedores del mundo
Sin colas. Sin pagar entrada más que a algunas exposiciones. En Londres, la entrada a los grandes museos es gratuita para todos. Dos recomendaciones: la primera, dejar algo dinero por la visita, como agradecimiento; la segunda, hacerse con un mapa de cada museo y seleccionar lo que realmente nos interesa, ya que se trata de colecciones inmensas y algo apabullantes, y sería una lástima agotarnos –y agotar a los niños- antes de ver lo que realmente queremos. Hay muchos más, pero éstos son los museos imprescindibles.
Al Museo Británico, una de las mejores colecciones de arte antiguo del mundo, hay que dedicarle, si no un día entero, sí una mañana o una tarde completas. La Piedra Roseta, el busto de Ramsés o un moái de la Isla de Pascua son algunas de las atracciones que no deberíamos dejar de ver con nuestros hijos. Hay muchos planes para familias.
El Museo de Historia Natural es otra parada obligada cuando se viaja a Londres con niños. Hay dinosaurios, fósiles, mariposas, ballenas… y un apretado calendario de actividades para niños. Es uno de sus museos favoritos y cuesta sacarlos de allí.
Bien planificada, una visita con niños a la National Gallery es una verdadera delicia. Este museo guarda pinturas mundialmente famosas, como El matrimonio Arnolfini de Van Eyck, la Venus de Velázquez, o Los Girasoles de Van Gogh. Lo ideal es preparar la visita en casa guiándose por la web del museo.
La Tate Modern es una de las mecas del arte moderno en Londres, y también un edificio singular –una antigua central eléctrica- que merece en sí la visita. Colores y formas atrayentes, magníficas vistas de la ciudad desde la cafetería del último piso, y actividades para niños conforman una visita perfecta.
Atracciones de pago
Por algunas buenas visitas hay que pagar y ahí sí que se nota la ciudad con fama de cara. Se puede recurrir algún truquillo para ‘recortar’ gastos, pero tampoco dan para mucho. Subir a la noria London Eye, frente al Parlamento cuesta 22,5€ para los adultos y 14,4€ para los niños de 4 a 15 años. Se ahorra un poco reservando los tickets por Internet o con el billete familiar (desde 59€ para dos adultos y dos niños).
Aunque en este blog no somos amigos de las tarjetas, sí es cierto que concentrando en uno o dos días las visitas más caras, la London Pass puede ahorrar unos eurillos. A los niños les encanta la Torre de Londres, con muchísimos juegos interactivos para niños en las Joyas de la Corona; la Abadía de Westminster; el Castillo de Windsor; el Zoo, o la divertida aventura en el Puente de Londres se ponen un poco más al alcance con esta tarjeta (55€ para adultos y 35,2€ el pase de un día; y 75€ / 55€, respectivamente, el de dos días).
Las calles, lo mejor
Los mercadillos, las atractivas plazas como Picadilly Circus o Trafalgar Square, el cambio de guardia en Buckhingham Palace, los escaparates de Oxford Street, los parques, la foto ante el Parlamento y el famoso reloj Big Ben, la fachada del Globe Teatre y las luces de los demás teatros, los almacenes Harrods, los artistas callejeros en Covent Garden, las estaciones de tren, el terraceo en la orilla sur en cuanto sale un rayo de sol…… Lo mejor de Londres son sus calles llenas de gente, animadas como pocas en Europa, por eso no hay que dejar pasar la ocasión de sentarse un rato, simplemente, a mirar el ambiente único de la capital británica.
¿Cómo llegamos?
Ésa es la parte más fácil y barata del viaje: los billetes de avión. A Londres vuela todo el mundo y desde todas partes. Hay tickets para todos los presupuestos y niveles de exigencia, especialmente si se reserva con antelación. En casa siempre hemos comprado los vuelos a Londres a través de Rumbo.es, porque combinan muy bien los trayectos sueltos entre diferentes compañías –incluidas las low cost- y siempre tienen muy buenos precios.
¿Dónde nos alojamos?
Es el punto difícil del viaje, ya que en Londres los hoteles son muy caros, y lo que es asequible, o es decadente, o no tiene baño en la habitación, o resulta demasiado básico. Para una familia de cuatro miembros hay que contar con un mínimo de 100 euros por noche para un hotel muy frugal y 170 para uno simplemente decente y céntrico, sin los lujos que esa misma cantidad daría en cualquier otra ciudad europea.
De lo que hay que huir como de la peste es de los apartamentos privados que se ofrecen por Internet. ¿Por qué? Porque son estafas. Parecen bonitos, son baratos, piden el importe por la mitad de la estancia para la reserva. El día anterior al viaje mandan un correo diciendo que se ha inundado o que hay que cambiar la instalación eléctrica y que no está disponible. Demasiados casos y demasiado repetitivos como para fiarse. Descartados completamente.
Para sentirse como en casa, las cadenas españolas, aunque es imposible reservar con dos niños. Con sólo uno sí es posible. Hay dos NH (desde unos 210€/noche) y dos Meliá (desde 295€ la noche, sin desayuno). Vistos los precios, hay mejores opciones.
La cadena ‘family friendly’ Novotel tiene varios establecimientos en el centro de la capital británica: London Tower Bridge, cerca de la Torre de Londres (precio medio de la habitación familiar, 200€ noche); Blackfriars (166€ por noche) y City South (156€) en la orilla sur; Waterloo (156€) relativamente cerca del Parlamento, y Paddington (151€, habitación triple) junto a la estación de tren del mismo nombre. Los menores de 16 años desayunan gratis.
El aparthotel 196 Bishopsgate, en la City y muy bien comunicado, ofrece apartamentos ejecutivos de dos dormitorios con cocina al precio de 316€/noche si se reserva directamente, pero esta tarifa se queda casi en la mitad cuando la reserva se tramita vía booking.com. Tiene cuatro estrellas y excelentes críticas de familias con niños.
En Base2stay.com también son bienvenidas las familias. Tienen dos establecimientos de lujo, uno en Kensington (cerca del metro de Earls Court, desde 235€/noche) y otro en el Soho (unos 350€/noche). Apartamentos con minicocina comodísimos y muy trendy.
Travelodge es una insignia low cost con varios establecimientos en el centro de Londres. Es una opción funcional y económica para bolsillos que se cuidan. No hay que exigirles demasiado. Por unos 135€ la noche proporcionan un lugar para dormir, pero hay que buscar hasta que se da con habitaciones familiares, pues no todos disponen de ellas. El desayuno cuesta 9€ a los adultos y es gratis para los niños alojados en el hotel.
Cómo moverse
Siempre ha sido un poco lío lo de ir por Londres en transporte público, y esto se complica cuando se viaja con niños. El servicio local está orientado a que se funcione con el abono, la tarjeta Oyster card, pero hay que estudiar bien todas las opciones, porque en Londres se viaja muchísimo en metro, tranvía y autobús (los famosos buses de dos pisos son una atracción en sí mismos y, con niños, se disfrutan muchísimo).
La opción más barata y recomendable para familias es la Travelcard. Un día, con acceso libre a cualquier transporte en las zonas 1 y 2 (centro), cuesta unos 10€ (8,80 libras) y una semana completa 35,6€ (30,40 libras). Por su parte, la tarjeta Oyster es un sistema de compra anticipada de abonos que reduce casi a la mitad el precio del viaje, se puede adquirir con un mes de antelación vía Internet y se recibe en el país de origen antes del viaje. Vale para el transporte en el río.
A todos los menores de 18 años conviene encargarles su correspondiente tarjeta Oyster con foto. Los niños hasta 11 años viajan gratis en la mayoría de los transporte públicos y ésa es una gran noticia, pero deben acreditar su edad. Viajando con sus padres, que usen con tarjeta Oyster o Travelcard, los menores de 5 no la necesitan, a menos que parezcan mayores. Los chicos de entre 11 y 15 años pagan tarifa reducida en metro y el tren, y, si tienen la Oyster, viajan gratis en autobuses y tranvía. Entre 16 y 18, los niños pagan tarifa de adulto en todos los transportes, a menos que tengan la tarjeta Oyster con foto, que rebaja la tarifa a la mitad.
[En este vídeo, el afamado chef Gordon Ramsey, conocido por sus programas de televisión, explica lo excitante de comer en Londres y las ventajas de que sus propios hijos se estén criando entre sabores y productos internacionales]
Comer en Londres
Ya es hora de desechar las viejas ideas sobre la gastronomía británica. Comer en Londres no es barato, pero tampoco ruinoso. La calidad y la oferta mejoran día a día y hay cadenas de restaurantes de todas las nacionalidades más que recomendables para un viaje familiar. Además de los bocadillos, la pizza en porciones, la comida étnica para llevar y los fish & chips, hay sitios con interesantes menús infantiles en los que la toda familia podrá sentarse a cenar al acabar un día lleno de emociones.
En el italiano PizzaExpress, con numerosos establecimientos en el centro, los niños pueden diseñar su propia pizza y tienen platos sin gluten. Carluccio´s, otra cadena italiana, ofrece un completo menú infantil por 7,6€. En los grills de Harvester el menú infantil –con opciones para bebés- destaca por su variedad. Belg o, especializado en cocina de Bélgica, gustará a los padres por su oferta de cervezas y, a los niños, por ampliar el rango de sabores habituales en sus menús. Ricos y variados menús infantiles también en Giraffe, Prezzo, o Browns, entre otras cadenas locales encantadas de recibir a jóvenes comensales.
Preparando a los niños para el viaje
Londres es también el viaje más fácil y divertido de ‘calentar’ en casa. Música de los Beatles, de Queen o de los Clash, películas como ‘101 dálmatas’, ‘Mary Poppins’, ‘Oliver Twist’, ‘Love Actually’, la saga de Harry Potter muestran los encantos de la ciudad y dan para muchos ratos de ocio familiar antes y después del viaje.