¿Cómo de gratis son los viajes con “niños gratis”?
Unos invitan a nuestros hijos de vacaciones y otros camuflan en extraños suplementos la diferencia de coste entre pareja y familia. Sólo algunos de los que prometen viajes con “niños gratis” cumplen lo que dicen. [Publicado en ZoomNews.es en junio de 2013]
Hace unos meses mi hija de diez años tuvo que hacer una redacción sobre “el mejor invento de la Humanidad” y tenía muy claro que el punto cumbre de la inteligencia humana son los cruceros. No el coche, la rueda, el fuego o la tele. No, los cruceros.
Ella cree firmemente que la mejor semana de su vida la pasó navegando por el Egeo a bordo de un barco con miniclub, divertidos magos y España ganado un mundial, en el que disfrutaba de cócteles de frutas y jacuzzi sin límites. Desde el punto de vista del turismo familiar, algo de razón tiene. Fueron unas vacaciones en familia maravillosas y nos salieron muy bien de precio, ya que se trataba de un crucero con “niños gratis” en el que ellos “sólo” pagaron las tasas de embarque y las propinas.
Los viajes con niños son uno de los campos con mejores perspectivas. A las familias se las seduce con el reclamo de 'niños gratis' Hace poco, un periodista especializado en turismo me dijo que los viajes con niños son uno de los campos con mejores perspectivas del sector. Estoy de acuerdo. Cada vez más empresas intentan atraerse a un público decidido a llevarse de vacaciones a sus hijos. Para seducirlas, la consigna es “niños gratis”. Pero hay que pensar que estamos ante un recurso de marketing, un reclamo publicitario en el que los niveles de compromiso por parte de las empresas –mayoristas, hosteleras o navieras- son muy diferentes.
Si estamos pensando en las próximas vacaciones en familia, es lógico que nos sintamos inclinados a escuchar primero las ofertas con “niños gratis”… pero ¿cómo de gratis son?
Mercedes Sánchez, de Viajes Bonhaval nos gestionó las reservas de aquel crucero por el Egeo a un grupo de ocho adultos y nueve niños. Como experta que es en vacaciones familiares le he pedido que me ayude a distinguir las auténticas vacaciones con “niños gratis” de las engañosas. Me ha proporcionado muchas pistas valiosas para separar el grano de la paja cuando se trata de niños que no pagan por viajar.
Cada hotel decide su descuento. Mercedes me aclara que ningún hotel está obligado por ley a alojar gratis a los niños y que cada establecimiento o cadena pone sus propias reglas sobre la edad y la cuantía del descuento que aplica a los niños. Según me explica, los bebés no pagan, pero la edad a la que los niños se alojan gratis varía de unas cadenas a otras: la mayoría los aplica a menores con edades entre 2 y 11 años; los hoteles de la cadena Playa, a los 14, y los Novotel, amplía la gratuidad hasta los 16 años.
La habitación se cobra completa. Para que uno o dos niños viajen gratis es condición indispensable que se alojen en la misma habitación que dos adultos y que éstos abonen la tarifa completa. Esto quiere decir que dejan fuera a las familias monoparentales, ya que se les cobrará el primer niño a precio de adulto, si no hay oferta especial ellas.
Hay que incluir a los niños en la reserva. Mercedes Sánchez cuenta que uno de los errores más comunes cuando se viaja con niños es no incluirlos en la reserva al tramitarla en la agencia o por Internet. Incluso viajando en “coste cero” un niño ha de llevar todos los documentos de su viaje: vuelos, estancia, transfer, entradas, etc.
Las fechas son importantes. Muchas de las ofertas con “niños gratis” no contemplan el mes de agosto y sólo son válidas en julio y septiembre, o en determinadas temporadas. Es importante estudiar muy bien la letra pequeña para ver si el hotel o el paquete de vacaciones con “niños gratis” mantiene la invitación en las fechas que queremos.
Un “niño gratis” significa todo gratis. Las ofertas más interesantes están en los resorts de playa en los que el precio de la habitación doble (dos adultos) y la familiar (2+1 o 2+2) es idéntico y en el que los niños no pagan nada de nada: ni miniclub, ni animación, ni comidas (según el régimen elegido por los padres), ni tumbonas en la piscina. Mercedes nos recomienda las ofertas de Barceló Hoteles –hasta el 25% de descuento y niños gratis, poco publicitadas online y que conviene consultar en las agencias- o las de la cadena Playa Senator, en especial el sello Diverhoteles, pensados especialmente para alojar gratis hasta dos niños.
Los cruceros y paquetes de vacaciones son más competitivos. Es en estos dos tipos de viajes en los que realmente interesa buscar el distintivo “niños gratis”, aunque no funciona para todos igual. Los cruceros suponen una ventaja adicional para las familias viajeras: consideran niños a todos los menores de 18 años.
Atención las condiciones para familias. La argucia favorita de las navieras y hoteles con poca voluntad de ‘mojarse’ con gratuidades a los pequeños huéspedes es ofrecerles sólo suites o camarotes grandes, mucho más caros que los estándar. “Los niños van gratis, pero los padres pagan un precio muy superior por su viaje; al final es como si te cobraran a los niños”, me explica la responsable de Viajes Bonhaval y añade que hay muchos suplementos escondidos, por ejemplo, en los paquetes de bebidas o camuflados sin especificar en el precio final.
Pullmantur e Iberocruceros, las mejores. Las navieras españolas, especializadas en cruceros para público español y con muchos programas de “niños gratis”, sí que se comprometen con las familias viajeras. “La diferencia entre un programa para dos –con vuelos, traslados y régimen de ‘todo incluido’- y otro similar que añada dos niños es muy pequeña y suele corresponder a las tasas de embarque. A veces hay pequeños pagos por niño, pero es mucho más claro que lo que ofrecen Costa Cruceros o MSC”.
Cuidado con los 3x4 en parques temáticos. Si nos ofrecen cuatro entradas a un parque de atracciones al precio de tres, hay que preguntar si se trata de personas o días. Mucha gente piensa que sirven para que cuatro personas entren al precio de tres, cuando la oferta en realidad es cuarto día gratis, y los tres anteriores de pago y por persona.
Las ofertas más engañosas son las de Disney. Anuncian gratuidades para niños a bombo y platillo y la realidad es que casi todas sus habitaciones son familiares, por lo que el precio de los niños lo pagan de sobra los adultos (“van siempre prorrateadas en lo que se le cobra a sus padres”, me asegura Mercedes Sánchez). Las entradas al parque no tienen reducción y se cobran caros los suplementos infantiles, por ejemplo, los transfers o las exageradas tasas que les aplican a un vuelo presuntamente gratuito. “Un viaje medio que cuesta unos 2.000€ para dos adultos, con un niño “gratis” sale por 2.500€. El niño no viaja gratis”, me asegura, y me indica que para bajar de verdad el precio de un viaje a Disneyland Resort Paris hay que reservar el paquete con entrada en domingo o lunes, ya que comenzar la estancia en viernes o sábado es mucho más caro. Y me permito añadir, personalmente, que el parque está más despejado entre semana y hay menos colas.
“Antes, toda esta información venía muy clara”, me explica la responsable de Viajes Bonhaval, y añade que ahora todo queda “encubierto en el precio final”, por lo que muchas veces no se sabe si nos están cobrando o no a los niños. Por eso aconseja elegir unas buenas vacaciones familiares y mirar si el precio final nos encaja en el presupuesto, sin reparar demasiado en cuánto nos cobran por los niños.